Un sistema presidencialista con peso histórico
México mantiene un sistema presidencialista fuerte, en el que el presidente concentra amplias facultades ejecutivas, lo que históricamente ha generado tanto estabilidad como riesgos de centralización del poder. Aunque las reformas electorales de los años noventa y dos mil redujeron la influencia presidencial en los comicios y fortalecieron la autonomía de organismos como el Instituto Nacional Electoral (INE), la relación entre el Ejecutivo y los contrapesos institucionales continúa siendo un punto de fricción.

Economía Mexicana
La “Cuarta Transformación” y su impacto político
Desde 2018, con la llegada de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) y su movimiento Morena, México vive un proceso político autodenominado “Cuarta Transformación”. Su objetivo ha sido reestructurar el papel del Estado en la economía, combatir la corrupción y fortalecer los programas sociales.
Sus críticos en México sostienen que, aunque ha logrado avances en reducción de pobreza y aumento del salario mínimo, el proyecto también ha generado tensiones con instituciones autónomas, con el Poder Judicial y con los medios de comunicación. El discurso polarizado entre “pueblo” y “élite” ha marcado buena parte del debate público.
Los partidos políticos en reconfiguración
El panorama partidista mexicano cambió profundamente. El PRI, que dominó el siglo XX, ha perdido gran parte de su influencia. El PAN, tradicionalmente asociado al conservadurismo, y el PRD, de izquierda moderada, enfrentan crisis internas. En contraste, Morena se consolidó como fuerza dominante, pero también enfrenta el reto de institucionalizarse y evitar el personalismo político.
La formación de nuevas alianzas —como la coalición “Va por México” entre PRI, PAN y PRD— refleja un intento de contrapeso frente al poder de Morena, aunque con resultados desiguales y sin un proyecto común claro más allá de la oposición al oficialismo.
Desafíos estructurales: inseguridad, desigualdad y corrupción
Los problemas estructurales siguen siendo el talón de Aquiles de la política mexicana. La violencia organizada, los niveles de impunidad y la desigualdad regional afectan directamente la gobernabilidad. Además, la relación entre el Estado y el crimen organizado plantea dilemas profundos: cómo garantizar seguridad sin caer en abusos y cómo fortalecer la justicia sin politizarla.
En materia económica, México mantiene estabilidad macroeconómica y un papel estratégico en el T-MEC (Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá), pero enfrenta una brecha social amplia y una dependencia industrial del norte del país.
- Mirando al futuro: elecciones y continuidad
Con las elecciones de 2024 como hito clave, México se encuentra en un punto de inflexión. La pregunta no es solo quién gobernará, sino qué modelo político prevalecerá: uno de continuidad transformadora con centralización del poder, o uno de transición hacia nuevos equilibrios institucionales.
- Perespectivas en el méxico DF
- Más allá de los liderazgos, el verdadero desafío será fortalecer la cultura cívica, la rendición de cuentas y la participación ciudadana como pilares de una democracia madura.